Un pequeño incidente se puede transformar en un gran siniestro sólo porque no se llamó inmediatamente al 132 de Bomberos, razón por la cual la alarma es la primera etapa de la acción bomberil. Todos los Cuerpos de Bomberos disponen de una Central de Alarmas, con personal que registra la llamada y mediante planos especiales (en algunos casos, digitalizados), ubican el lugar y determinan qué Compañías –dependiendo de su especialidad- deben responder esa alarma, procediéndose al despacho generalmente mediante sistemas radiales. De acuerdo con la naturaleza de la emergencia, el despacho puede movilizar a más de una Compañía incluyendo, cuando es necesario, a las Unidades de Especialidades tales como la de HAZ-MAT , Rescate en altura o desnivel o la Unidad de Rescate Vehicular. Con el objetivo de poder dar respuesta a las emergencias que se produzcan en la noche se cuenta con las Guardias Nocturnas: que está formada por Voluntarios que duermen en el cuartel, en dormitorios especialmente habilitados, con todo su equipo preparado para salir de inmediato en el Carro. En las grandes ciudades, el promedio de respuesta desde el momento en que la Central activa la alarma a la llegada del primer carro es inferior a los cinco minutos. El primer carro que llega al lugar del siniestro entrega radialmente a la central un preinforme, en el cual dice lo que ve y, si es necesario, dispone la movilización de recursos adicionales. Cuando se requiere, la Central solicita apoyo a Cuerpos de Bomberos vecinos, ya sea para colaborar directamente en el siniestro o para estar atentos por si surge un nuevo llamado, en cuyo caso se harán cargo de él. También la Central se encarga de comunicarse con las demás Instituciones que deben participar en la emergencia: Carabineros, Salud, CONAF y las empresas que suministran agua, electricidad y gas.
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